Hoy en día hay padres de familia que les preocupa saber si sus hijos están comiendo lo suficiente y sobre todo, si la calidad de su alimentación es buena como para garantizar un sano crecimiento y desarrollo. Existen muchos casos de algún hijo que no quiere comer o es muy “melindroso” con los alimentos… así que ¡tranquila! Ya que es posible modificar sus hábitos alimenticios.
Sabemos que existe una dura batalla día a día con la comida que no les gusta a los niños, y por esa misma razón cuesta darles de probar algo nuevo… pero ¡no hay que perder la esperanza!
Aquí te dejo algunos consejos para ayudarte a mejorar la alimentación de los más pequeños de la casa:
No fuerces u obligues a tu hijo a que coma todo lo que está en el plato
Recuerda, los niños necesitan tiempo para acostumbrarse a nuevos alimentos.
Evita las distracciones
Es muy importante que los niños no deban de tener acceso a la televisión, tablets o teléfonos durante las comidas, estos distractores interferirán en la alimentación del niño.
Debes ser ejemplo para tus hijos
Promueve la alimentación saludable en tu casa. Trata de evitar consumir o comprar alimentos altos en grasas, azúcares y sal, enséñales que se puede comer rico y saludable.
“Si te portas bien, te regalo un helado pero “si faltas al colegio tienes que comer brócoli”
No uses los alimentos como premios o castigos. Estos generan asociaciones que pueden durar a lo largo de toda la vida y pueden llegar a restringir la variedad de la alimentación e impedir que ésta sea equilibrada.
Debes de tomar en cuenta que si tu hijo considera que hizo algo malo y por esa misma razón tiene que comer brócoli u otra verdura, asociará a este alimento con un castigo, algo feo que sólo se lo merece cuando ha hecho algo que no está bien. Una vez que suceda esto nos daremos cuenta de que nunca querrá agregar brócoli en su alimentación por tantas veces que lo castigaban con ciertos alimentos.
Mantén un ambiente amigable y relajado a la hora de las comidas
Haz que la hora de comer pueda ser divertido para los niños, anima a tus hijos a admirar los diferentes colores, formas, texturas de los alimentos.
Cocina con tus hijos
Prepara recetas sencillas y ricas con ellos, eso los motivará a probar cosas nuevas y ver que hay alimentos que no son malos o feos.
Invita a tus hijos a que te ayuden a elegir algunos de los alimentos para las comidas en casa
A los niños les encanta participar en la selección de alimentos que se sirven en las comidas. Enséñales la importancia de una alimentación equilibrada.
No ofrezcas un menú o platillo alternativo cuando rechace el primero que se le ofreció
Aquí estas reforzando su conducta “melindrosa”. Si tu hijo se niega a comer, acepta su decisión sin darle alternativas.
Por ejemplo: tu hijo no quiso comer fruta de refacción… porque prefiere comer papalinas y tú le cumples esto, traerá como consecuencia que piense que siempre hay otra opción.
Toma en cuenta la presentación de la comida
Hay niños que si ven algo raro en la comida o algo que les parece “feo” no se animarán a probarlo. Por lo que trata de ser creativa con la comida, para así motivar a tu hijo a comerlo.
Prepara alimentos nutritivos y evita la comida chatarra
Hay niños que prefieren comerse una hamburguesa de un restaurante de comida rápida que un pollo asado con verduras y papas horneadas. Esto sucede porque pueda que los mal acostumbraron a comer esos alimentos altos en grasas, azúcares y sal (porque puede ser más “rico”) y no los han educado a que coman alimentos llenos de nutrientes y que puedan ayudarlos en su crecimiento.
Varía el menú
Hay niños que se aburren de lo mismo, por lo que te recomiendo que trates de variar las comidas para que se vayan motivando a comer rico y saludable.
Establece horarios de comidas en familia
Organiza los horarios de comida para que todos puedan comer juntos y así presentarle a tu hijo o hijos nuevos alimentos.
Debes de abastecerte de alimentos saludables
Los niños comen sobre todo lo que está disponible en la casa. Por lo que les recomiendo que elijan opciones saludables como frutas, verduras, yogurt, semillas horneadas sin sal, galletas integrales, agua pura, refrescos naturales.
Hay algo que debes tener por seguro, desde que son pequeños los niños tienen que ir descubriendo sabores, texturas, pero sobre todo hay que ir educando con el ejemplo. Si los niños los ven a ustedes (padres de familia) comer sano, ellos lo van a hacer también. Así que trata de que los niños sean partícipes de su propia alimentación, ya que esto ayudará a crear buenos hábitos.
También recomiendo que se les explique a los niños por qué es mejor preferir alimentos como verduras y frutas antes que la comida chatarra, no prohibírselos sin motivo alguno.
Recuerda, lo más importante es ayudarlos a que tomen las mejores decisiones en cuanto a su alimentación y educarlos en que los excesos son perjudiciales para la salud. No olvidemos que una alimentación sana y equilibrada es algo que debemos de enseñar desde temprana edad y que trae consigo no sólo buena salud, sino un buen rendimiento escolar, físico y buen estado de ánimo.
¡Cuida a tus hijos! ¡Edúcalos y promueve la buena alimentación en tu familia, sin presiones, ni castigos!
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